sábado, 16 de marzo de 2024

Cátedra Francisco Palau 2024

Sábado, día 16 de marzo, 11:30h.

Amando Cantó, ocd: El acompañamiento espiritual en San Juan de la Cruz

San Juan de la Cruz como acompañante espiritual

El acompañamiento espiritual es una relación de ayuda para que la persona crezca y madure y se pueda comprometer más y mejor. La esencia es que la persona llegue a Dios. Para San Juan de la Cruz es un tema esencial en su vida y obra

Sus actividades preferidas fueron las de formador y acompañante espiritual; esta última fue una gran ocupación y preocupación al final de su vida. Incluye un pequeño tratado sobre ella en su obra cumbre, Llama de amor vivo. Fue maestro de novicios, rector de colegios. Dio atención espiritual a las carmelitas descalzas: les explicaba la doctrina a través de dibujos, pequeñas notas con sentencias para meditar que luego se convirtieron en los Dichos de amor y luz; escribió cartas. Acuden a él doctores, estudiantes universitarios, mujeres, arrepentidos…

Su principal preocupación es que aprendamos a dejarnos llevar de Dios. Es un mistagogo, capaz de entender cómo actúa Dios en el corazón de los hombres, sobre todo en la noche del alma. Sigue acompañándonos a través de sus escritos.

Qué es el acompañamiento espiritual para San Juan de la Cruz

Es necesario tener un acompañamiento espiritual para seguir un camino espiritual; el que no lo tenga es como un fuego que irá apagándose. Es algo querido por el mismo Dios; Dios se ha hecho hombre y quiere que las cosas espirituales queden confirmadas en el hombre.

Es Dios quien se anticipa en la búsqueda; toma la iniciativa y, sin embargo, nos deja en libertad. Por ello, la labor del acompañante es ser instrumento y no poner obstáculos. Es un camino de purificación y de ayudar a una mayor inflamación de amor que ocupe nuestro interior.

El buen acompañante es sabio, discreto y experimentado. Es importante saber elegirlo, descubrirlo en la oración, dejar que el Espíritu Santo nos guíe. Debe ser humilde, reconocer que no lo sabe todo, que necesita a otro acompañante que le ayude a discernir.

Qué metodología propone

El Espíritu Santo es el verdadero acompañante y guía; es quien obra en el otro y el acompañante es un instrumento. Debe tratar de ver signos de cómo el Espíritu actúa en el otro para descubrir su propio camino.

Escucha empática oracional: ha de estar atento a las emociones del otro, descubrir qué sentimientos, creencias o valores hay debajo de sus palabras. La actitud de oración hará que empiece invocando al Espíritu Santo para que le ayude; orará con el otro; no interferirá con sus opiniones, no juzgará. Creará un clima donde pueda mostrarse la huella de Dios en su vida.

Dios tiene un estilo para acompañar a las almas: ordenado, suave y a nuestro modo.

Ordenado: utiliza la similitud con las fases del desbastador, entallador y perfilador. El acompañamiento es dejar que el alma pase por las sucesivas fases. Desbastar es iniciar el camino espiritual, despertar al mundo espiritual, iniciarlo en la oración, enseñar a orientar nuestros sentidos hacia Dios. Entallador es la fase de empezar a leer la Palabra de Dios, proponer buenos libros. Perfilador es la noche activa del Espíritu.

Suave: no significa ser blando, sino no manipular, dejar a la persona en libertad.

Al modo del otro.

Juan de la Cruz nos lanza a todos a un camino de acompañamiento espiritual porque todos estamos habitados por el Espíritu Santo.




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