domingo, 15 de junio de 2025
Cátedra Francisco Palau 2026
sábado, 17 de mayo de 2025
viernes, 2 de mayo de 2025
jueves, 1 de mayo de 2025
martes, 29 de abril de 2025
miércoles, 26 de marzo de 2025
Cátedra Francisco Palau 2025 - Clausura
XV edición de la Cátedra Francisco Palau: «Despertando Esperanza»
CITeS
– Universidad de la Mística. Ávila, 23 de marzo de 2025
El domingo por la mañana, tras la ponencia de Mª José Mariño, cm, Esperanza y misericordia: un encuentro a la luz de la comunión, tuvimos la presentación del libro de la Cátedra de 2024: El acompañamiento espiritual, a cargo de Lola Jara, cm.
Y a continuación, la clausura en la que Gracia Navarro, cm, nos sintetizó brillantemente las aportaciones de cada una de las ponencias que pudimos escuchar el fin de semana.
Os emplazamos para la cátedra del próximo año, en que trataremos la faceta de escritor de Francisco Palau, en concreto profundizaremos sobre su libro La lucha del alma con Dios. ¡Os esperamos!
Cátedra Francisco Palau 2025 - Esperanza y misericordia: un encuentro a la luz de la comunión
XV edición de la Cátedra Francisco Palau: «Despertando Esperanza»
CITeS
– Universidad de la Mística. Ávila, 23 de marzo de 2025
Esperanza
y misericordia: un encuentro a la luz de la comunión
María
José Mariño, cm
La
esperanza y la misericordia unidas desde la experiencia de comunión: la
esperanza y su radicalidad
Hoy necesitamos más que
nunca recuperar la radicalidad de la esperanza cristiana, respondiendo desde el
Evangelio a una realidad que clama más que nunca por un motivo de esperanza. Es
una fuerza silenciosa y modesta, que solo puede venir de Dios, bajo la que late
un dinamismo confiado en alcanzar la plenitud que aún no poseemos, para caminar
resistiendo la incertidumbre y el absurdo que nos cuestiona. El P. Palau nos
ofrece una clave: la comunión. Nos va a servir sobre todo su vida, su vivencia
del misterio y, sobre todo, cuando se confronta con la fuerza del mal.
La
dialéctica de la esperanza en un mundo desesperanzado
La esperanza adopta
formas distintas según el contexto en que nos encontramos; debe ser una
esperanza encarnada.
El siglo XX ha sido
testigo de a dónde abocan las utopías y los totalitarismos que pretenden salvar
la humanidad. Auschwitz es el símbolo. Vivimos tiempos de incertidumbre e
inestabilidad. La esperanza es siempre fuerza que nos ayuda a tender un puente
hacia un mañana que soñamos.
Necesitamos descubrir la
fuerza de esa esperanza que solo puede comprenderse en relación con la
Trascendencia y con la alteridad, que nos habla de dejar el control, de no
luchar contra los miedos sino de ir más allá. La radicalidad y fundamento de la
esperanza está en que solo puede recibirse como gracia; no se trata de nuestros
deseos ni de un mero consuelo o un anestésico para el malestar del presente. Es
pasión de lo que está por venir, promesa de un futuro que afirma y sostiene el
sentido de nuestro caminar hoy.
La
comunión, fuente y horizonte de esperanza: la experiencia palautiana
La esperanza, confrontada
con la realidad del mal, muestra al P. Palau y nos muestra que es real y que el
mal no tiene carácter definitivo; puede ser una amenaza, pero pierde su fuerza
ante la vida presente de la salvación.
Aunque descubre la
vulnerabilidad que amenaza no poder vivir ese dinamismo, de ahí emerge el
misterio que alienta y fortalece la comunión, el amor, y por tanto la
esperanza. Desde la comunión, la esperanza muestra un rostro fundamental: solo
puede conjugarse en primera persona del plural. Es la esperanza que descubrimos
al vivirnos progresivamente unidos por los vínculos de comunión. La esperanza
en Vallcarca es la del exorcista con sus hermanas y con los energúmenos:
nosotros unidos en el misterio de comunión descubrimos como impulso y horizonte
que nos impulsa a buscar juntos caminos y sin que la herida del mal pueda ya
separarnos. Cuando más lleve el mal el rostro de mi hermano, más fuerte es la
esperanza.
Vallcarca,
lugar de la esperanza: Iglesia, mundo y comunión
Vallcarca va a ser por
excelencia no solo el lugar de la lucha contra el mal, sino el lugar de la
esperanza con la fuerza de la comunión, a través de las comunidades fraternas
que acogen las víctimas y, en su camino de misericordia, se convierten en
sacramento de comunión y salvación. La esperanza que se convierte en lucha y
que, sin embargo, tiene un precio: compartir el camino de la cruz con las
víctimas. Esa esperanza que nace de la comunión y la misericordia tiene un
alcance social y eclesial que tenemos que mostrar.
Esperanza
más allá de las esperanzas: el carácter escatológico de la esperanza, instancia
crítica
La esperanza radical, que
es gracia, va mucho más allá de nuestras esperanzas: trasciende las esperanzas
intermedias, o sea, las formas concretas que adopta la praxis de la esperanza.
Eso lo vive el P. Palau en Vallcarca; cada uno de esos combates es como si
fuera el último, sin embargo, sigue la lucha, los exorcismos. El P. Palau sufrirá un camino
de cruz: la persecución, el conflicto con la Iglesia jerárquica y, sobre todo,
la resistencia de los demonios, pues los energúmenos no se curan. Vallcarca nos
dice que toda victoria sobre el mal es provisional; la definitiva solo la
veremos en el futuro de Dios. Se nos invita a dejar lo logrado para seguir en
camino hacia lo porvenir, que es gracia, es don. Solo entrando en la
radicalidad de la Pascua, de la cruz, podemos descubrir la fuerza de la
esperanza en Dios, que es una esperanza común, no individual.
Eucaristía,
esperanza en el cuerpo de Cristo: la comunión en el hoy, anticipo de futuro.
La experiencia de
Vallcarca se da en un contexto eucarístico, lugar donde se anticipa el futuro y
vivimos el don de la comunión en esperanza. Es alimento para el camino.
Conclusión
Buscamos una esperanza
que guía, da sentido, orienta a la humanidad, que busca vida pero que padece el
desgarro del mal. La esperanza en Cristo es horizonte, sentido, ilumina el
rostro de las víctimas, que ya no son despojos de la historia sino cuerpo de
Cristo crucificado. Es la dimensión social y trascendente de la esperanza.
domingo, 23 de marzo de 2025
Cátedra Francisco Palau 2025 - Entrevista : experiencia sobre el Sínodo y las esperanzas que abre a la Iglesia
XV edición de la Cátedra Francisco Palau: «Despertando Esperanza»
CITeS
– Universidad de la Mística. Ávila, 22 de marzo de 2025
Entrevista:
«Experiencia sobre el Sínodo y las esperanzas que abre a la Iglesia», a
cargo de Laura Mor. Entrevistadas: María Luisa Berzosa y Cristina Inogés.
María
Luisa Berzosa participó en los sínodos de la juventud, en el de la Amazonía y
fue facilitadora en el de la Sinodalidad. Le ha permitido ver la multiplicidad
de puntos remotos a los que llega la Iglesia. De su participación, le ha
quedado mucho amor por la Iglesia; aunque hay luces y sombras, cree que
predominan las luces.
Cristina
Inogés participó por primera vez en un sínodo en el de la Sinodalidad. Fue la
única mujer española con voz y voto. Ha sido un descubrimiento, conocer una
Iglesia que no conocía. Ver la diversidad y constatar que el gran obstáculo es
la cultura. Que Francisco diera inmediatamente categoría de magisterio eclesial
al documento que salió del sínodo es una muestra de la coherencia del papa con
la sinodalidad.
El
documento marca un proceso; es amplio y abierto.
Cátedra Francisco Palau 2025 - La búsqueda un camino de esperanza en Francisco Palau
XV edición de la Cátedra Francisco Palau: «Despertando Esperanza»
CITeS
– Universidad de la Mística. Ávila, 22 de marzo de 2025
La
búsqueda un camino de esperanza en Francisco Palau
Lola
Jara, cm
Introducción
Las
dificultades de la vida fueron una oportunidad para crecer y desarrollar la
capacidad para adaptarse; y el Padre Palau se crece en las dificultades. La
esperanza se muestra en su fortaleza ante las dificultades y en la paciencia y
constancia con que vive. Nunca habla de la esperanza sola, sino siempre unida a
la fe y la caridad.
1.
La esperanza en la vida humana
Dice
el papa Francisco que todos esperan. La esperanza juega un papel en la salud
mental y espiritual; aporta confianza y deseo, fundamentales para una vida
plena.
2.
Relación entre búsqueda y esperanza
El
Padre Palau desarrolló una narrativa de esperanza en la búsqueda de un sentido,
que le proporcionó la fortaleza para seguir adelante en las dificultades: fue
exclaustrado, exiliado, encarcelado, le cerraban las comunidades que intentaba
poner en marcha… Guio sus decisiones diarias, con una esperanza enraizada en la
creencia de que Dios está presente en nuestras vidas. La esperanza ofrece la
visión de un futuro posible y deseable, da sentido al esfuerzo.
3.
Búsqueda y esperanza en la experiencia de
Francisco Palau
Hay
un primer período de incertidumbre, búsqueda. En la niñez y juventud hay un
deseo y apertura al futuro con carga de idealismo; más tarde, una purificación
del idealismo juvenil. Se pone en movimiento por la esperanza de encontrar una
vida más plena. Le da el impulso para la búsqueda de la cosa amada.
3.1. La
búsqueda, una forma de vida en Francisco Palau
La
búsqueda es una forma de vida en Francisco Palau, no solo una etapa. En
Ciudadela en 1860 tiene la experiencia mística en que la Iglesia se le da a
conocer. Visión de Dios y los prójimos como algo único.
3.2. Unidad
del itinerario vital
La
búsqueda no es algo de un momento, sino de más y más porque el amor sigue
creciendo hasta el infinito, aunque no puede ser total hasta que alcancemos el
más allá. El aprendizaje y la búsqueda no acaban nunca porque forman parte de
la vida (Escuela de la Virtud). El arco de la esperanza abarca toda su vida.
Piensa que la vida eterna empieza aquí y ahora. Se fundamenta en la confianza
en Dios y en el esfuerzo humano.
3.3. Don
gratuito que da sentido a la vida y la transforma
Cuando
hay esperanza, todo es un regalo de Dios, don gratuito que da sentido a la vida
y la transforma. Sin la gracia, no habría alcanzado tal nivel de desposorio y
luego de matrimonio con la Iglesia. Caminaba de baluarte en baluarte y en cada
uno encontraba los signos para llegar al siguiente. Conciencia de buscar y ser
buscado por la Iglesia como ser vivo y relacional. En esa búsqueda, Francisco
Palau va siendo transformado en la Amada, divinizado, eclesializado. La
transformación clarificó su misión como unión con Dios y los prójimos, que son
una cosa: sirviendo a los prójimos servimos a Dios.
3.4. La
importancia del tiempo para alcanzar lo esperado
Es realista, afirma que necesitamos tiempo para obtener la perfección.
Si estamos sobre la tierra, necesitamos tiempo.
4.
Una esperanza enraizada en la fidelidad de Dios
y en la fuerza de su Palabra
Dios es un Padre que nos ama y en ese amor tenemos enraizada nuestra
esperanza. Cuando faltan recursos materiales y apoyos, dice que solo Dios
basta, Dios lo llevará a su propio destino, la confianza en Él lo superará
todo. «Ese amor se fundamenta en Él y no en vosotras. Porque os ama os llama
por vuestro nombre; y ese amor es la causa de vuestra esperanza». Nos ama como
somos, ama la persona y no sus defectos.
5.
Proceso de interiorización y proyección
escatológica
Habla del valor transformador de la esperanza. Trabajar por
un mundo mejor, Dios está con nosotros. Estrategias para mantener la esperanza
en nuestra vida.
Cátedra Francisco Palau 2025 - Palabras de esperanza en los místicos: Edith Stein
XV edición de la Cátedra Francisco Palau: «Despertando Esperanza»
CITeS
– Universidad de la Mística. Ávila, 22 de marzo de 2025
Palabras
de esperanza en los místicos: Edith Stein
Myrna
Torbay, ocds
Biografía de la esperanza en Edith Stein
a)
Hija del pueblo judío.
Madre
judía estricta. Fallecimiento por suicidio de su tío y varios allegados. El
pueblo judío solo tenía esperanza en su esfuerzo y, en todo caso, en la
retribución de Dios al mismo.
b)
Mujer atea hundida en sucesivas depresiones.
Esperaba
un buen futuro, un matrimonio feliz, pero eso no le ahorró depresiones. Un
acontecimiento en Breslau le hace perder la esperanza en la persona humana.
Pero la experiencia en una residencia para niños de familias desintegradas y la
oración confiada de la hermana que la dirigía le impacta. Con 21 años empieza a
estudiar Filosofía y conoce a Max Scheler; cae en la cuenta de que a quien
conocía y admiraba era creyente.
c)
Una inquieta búsqueda de Dios.
La
muerte durante la I Guerra Mundial de su amigo el filósofo Adolf Reinach y,
sobre todo, la entereza de su viuda fue el motivo decisivo de su conversión al
cristianismo.
d)
Encuentro con el Dios de Jesucristo. La
irrupción de la esperanza.
Experiencia
donde Dios infunde un estado anímico y la persona es capaz de acogerlo y
recibirlo. Ahora se siente liberada («cuando me entrego a ese sentimiento,
comienzo a llenarme de nueva vida»). Tras años de pasar de una depresión a
otra, vislumbra una gracia que le ha sido otorgada y que no se consigue a base
de esfuerzo, sino de rendirse ante Dios.
e)
Encuentro con el Dios de Jesucristo. La
irrupción de la esperanza.
Recibe
el bautismo el 1 de enero de 1922. Visión del sufrimiento que da soporte a su
vida teologal. Ascenso de Hitler al poder en Alemania. Se ofrece a llevar la
cruz. Ingresa en el monasterio de las carmelitas de Colonia, pero tras la noche
de los cristales rotos en 1938 la mandan al monasterio de Holanda y ella ofrece
su vida por la salvación de Alemania, por la paz del mundo y por que ninguno de
los que le ha confiado se pierdan. Su hermana y ella son apresadas y enviadas a
dos campos de concentración: «estamos completamente tranquilas y contentas…
Ahora nos es dado experimentar un poco cómo se puede vivir sostenidas
interiormente».
Escritos sobre la esperanza. La cruz fuente de
esperanza.
Virtud infusa, teologal, que purifica el alma; el
alma confía en alcanzar la vida eterna. Su experiencia de la cruz: al abrazarla
con fe y esperanza, los creyentes son conducidos como por el cayado del pastor.
Asegura al creyente que no está solo. Es fuente de esperanza porque expresa la
certeza de la redención. Valor redentor del sufrimiento: santidad y vida
eterna. La cruz es fuente de esperanza, el dolor no tiene la última palabra.
Conclusión
Dolor y sufrimiento son experiencias propias de la vida. En
1941, un poco antes de su martirio dice: «Salve Cruz, esperanza única».
Sufrimiento como esperanza.
Cátedra Francisco Palau 2025: Itinerarios bíblicos de esperanza en la Biblia.
XV edición de la Cátedra Francisco Palau: «Despertando Esperanza»
CITeS
– Universidad de la Mística. Ávila, 22 de marzo de 2025
Itinerarios
bíblicos de esperanza en la Biblia
Agustí
Borrell, ocd
Introducción
Estamos
en tiempos turbulentos, en que cunde la tentación del desánimo. Necesitamos
fortalecer la esperanza y la fuente primera y más importante es la Palabra de
Dios. La esperanza marca la Escritura de principio a fin.
La esperanza de Israel
· Abrahán
Recibe
de manera inesperada la promesa de una descendencia y el mandato de que vaya a
un destino desconocido. Contra todo pronóstico, acoge la petición divina
impulsado por la confianza. La promesa de Dios suscita la esperanza y la
historia de Israel. La esperanza siempre está relacionada con la vida y una
vida nueva.
· El
éxodo
Los
israelitas emprenden el camino hacia la tierra de Canaán con la promesa de
Dios, impulsados por la esperanza. La peregrinación se torna larga y exigente y
su esperanza es puesta a prueba. Aparece el desánimo y la tentación de volver
atrás, donde tenían asegurada la comida, aunque sometidos a la esclavitud. Dios
atiende sus quejas y manda el maná, pero sigue pidiéndoles que vivan de
esperanza (no deben guardar el maná para el día siguiente). Episodio del
becerro de oro: el pueblo busca falsas seguridades ante la incertidumbre.
· El
exilio
Gran
parte de los israelitas emprende el exilio a Babilonia, privados de sus
seguridades (el templo, Jerusalén…). La intervención de los profetas les ayuda
a mantener la esperanza. Jeremías lee los acontecimientos a la luz de las
promesas de Dios. Cuando todo es destrucción y desánimo, anuncia el retorno,
Dios se apiadará del pueblo y recorrerán el camino de vuelta gracias únicamente
a la acción de Dios. Invita a los deportados a adoptar una actitud positiva
ante las circunstancias, incluso que busquen el bien de sus enemigos porque de
su bien depende el de ellos. Actitud de esperanza es invitación a trabajar el
presente. Ezequiel anuncia la reconstrucción del templo. La fuente última de la
esperanza humana es Dios y su generosidad, que da fuerza para superar las
limitaciones y preparar un futuro mejor. Visión de los huesos secos: lo que
está muerto vuelve a la vida. La esperanza está relacionada con la vida y
aparece cuando no hay motivos para creer. Es distinta del optimismo.
· La
esperanza mesiánica
Las
injusticias de los monarcas llevan a contraponer sus acciones al ideal
mesiánico: falsos mesías. La salvación debe llegar a todas las naciones, pero
deben reconocer al pueblo elegido. Es la época apocalíptica (luchas políticas,
peligro de perder la identidad del pueblo…) y sus escritos tratan de hablar de
esperanza leyendo la historia humana a la luz de la fe.
El Nuevo Testamento
· El
tiempo del cumplimiento
La resurrección es el cumplimiento de las promesas
de Dios. El Niño recién nacido es una esperanza para todos los pueblos. En
Jesús se cumplen las promesas; el Reino de Dios ha llegado. Dos épocas en la
esperanza: la promesa (Antiguo Testamento) y el cumplimiento (Nuevo Testamento).
· El
apóstol Pablo
Dios ha ofrecido, por medio de Jesucristo, la
justificación, el perdón de los pecados. Por el bautismo participamos en el
misterio pascual, vivimos una vida nueva, hemos muerto al pecado.
Romanos 8
• El
nuevo nacimiento
Hemos recibido la vida nueva,
aunque aún no podemos disfrutar plenamente de ella. Vivimos con la esperanza de
la vida eterna, fase en la que el Espíritu es prenda de lo que poseeremos en
plenitud. Gracias a él sabemos que la vida eterna es verdadera, no una ilusión.
Por eso, el tiempo presente está marcado por la esperanza: es la tensión hacia
la plena realización de lo que ya es presente.
• El
gemido de la esperanza
El Universo entero gime ante la
inminencia del parto, gemido asociado no tanto al dolor como al deseo vivo de
la vida nueva, plena, de verse liberado.
• La
esperanza de los místicos
San Juan de la Cruz: es un gemido
pacífico y no penoso, porque espera. Francisco Palau: la esperanza manifestada
en un deseo vehemente.
Conclusión
La esperanza recorre la Biblia del principio al
fin. El Pueblo de Israel, ante las limitaciones del presente, suspira por un
mundo mejor. Con Jesucristo, estamos en el tiempo del cumplimiento. Hemos sido
incorporados a su muerte y empezado a participar en su resurrección. Nos
aferramos a la esperanza porque hemos pregustado la vida nueva.
«Todo cuanto fue escrito en el pasado se escribió para
nuestra formación, para que, con la paciencia y el consuelo que dan las
Escrituras, conservemos la esperanza» (Rom 15,4).
«Somos sobre la tierra viandantes, y nos dirigimos a la
Ciudad Santa que estamos describiendo. Antes de llegar, ya vemos entre enigmas,
sombras y misterios la gloria que esperamos» (Francisco Palau).
sábado, 22 de marzo de 2025
Cátedra Francisco Palau 2025: Cultivar la esperanza en tiempos difíciles.
Avila, viernes 21 de marzo de 2025
Cultivar la esperanza en tiempos difíciles
Pablo Guerrero, sj
0.- Introducción.
Pablo Guerrero, sj, enmarca la
esperanza con las citas de dos papas a las que separan sesenta y dos años: una,
de Juan XXIII al abrir el Concilio Vaticano II y otra, de nuestro papa actual Francisco.
Vivimos ahora tiempos de «herejía emocional», un concepto que alude a esa falta
de esperanza que se nos cuela cuando decimos expresiones «este mundo es un
desastre» o «esta Iglesia no hay quien la cambie»; falta de esperanza que es
una falta de confianza. Es imprescindible aprender a vivir y observar, saber
que somos invitados a ser testigos de esperanza en los tiempos que nos ha
tocado vivir. A veces sentimos nostalgia de pasados absolutamente idealizados; los
desafíos son necesarios para aprender y madurar, pueden ser oportunidades para
crecer y especialmente en el terreno espiritual.
1.- Unas palabras sobre la esperanza.
La esperanza es la fe que mira
hacia adelante. La vida espiritual no es una vida espiritual defensiva. No es un
soportal en el que nos arrebujamos con otros para protegernos de la lluvia,
sino más bien un paraguas con el que nos protegemos de la lluvia. Es decir, es
paciente pero no pasiva; nos impulsa a buscar soluciones y requiere un esfuerzo
consciente. Las relaciones humanas son una fuente inagotable de esperanza; nos
recuerdan que no estamos solos en la lucha. Cultivar la esperanza es hoy un
acto de rebeldía, casi revolucionario.
2.- La Iglesia como fuente de esperanza para la
Humanidad.
Cómo encontrar signos de esperanza hoy.
El ser humano se enfrenta a un vacío espiritual que nada puede llenar. En su
anhelo por algo que dé sentido, se repliega sobre sí mismo o sobre su móvil,
que es lo mismo; atrapado entre un racionalismo y una tecnología que nos
deshumaniza y, al mismo tiempo un hedonismo que intensifica su soledad e
insatisfacción.
¿Sigue siendo la Iglesia una fuente
de esperanza? Algunos piensan que la Iglesia ha perdido su rumbo; se habla de
una época post cristiana. Es indudable que se ha reducido el número de personas
que asisten a misa, muchas congregaciones han cerrado sus puertas. En otros
países, los cristianos son perseguidos y martirizados.
¿Estamos interpretando bien los signos de los tiempos? ¿No será que nuestra esperanza es débil porque la hemos depositado en cimientos equivocados? La esperanza sobre roca o sobre arena.
2.1.- Las Ilusiones engañosas del Mundo y la respuesta de Cristo.
Jesús también estuvo sometido a
esas ilusiones engañosas, son las tentaciones del desierto cuyo poder de
seducción sigue tan vigente como entonces. Nadie, ni siquiera la Iglesia, está
inmune a esas tentaciones; por eso es vital conocerlas. La primera tentación (convertir
las piedras en pan) promete felicidad a través de la plenitud material, del
consumismo que nos bombardea. La segunda (arrojarse desde lo alto del templo) supone
confiar en el poder y la ostentación («tanto tienes, tanto vales»). La tercera
tentación (adorar al diablo) propone adorar ideologías, sistemas o estructuras
otorgándoles valor absoluto; al rechazar a Dios, el hombre se aferra a verdades
parciales, pragmáticas.
Estas tres ilusiones engañosas
permeabilizan nuestras decisiones, nuestras comunidades religiosas, incluyendo
a la Iglesia. Si traicionamos nuestra misión y nos convertimos en eco de las
ilusiones engañosas del mundo, nos olvidamos de estas verdades. Convertirse, en
cambio, es sentirse atraídos por Jesucristo.
2.2.-
La verdadera esperanza.
Está en las respuestas de Jesús: no
solo de pan vive el hombre; no tentarás a tu Dios; solo a Dios adorarás. San
Pablo en sus cartas nos repite la esperanza que brota de la cruz.
3.- La esperanza de la cruz.
La esperanza nacida de la cruz es
indestructible; reconoce los límites humanos y no confía solo en las soluciones
terrenales, sino que las integra en el plan de Dios. El cristiano no se rinde
ante los problemas del mundo, se compromete a construir un mundo más justo,
sabiendo que su esfuerzo culmina con la gracia divina. Primero tenemos que
vivir la esperanza nosotros, en una unión con Cristo.
Hoy el mundo busca esperanza no en
ideas sino en testimonios. Las conversiones se fueron produciendo al ver cómo
los primeros cristianos se amaban. Para mucha gente el único evangelio será ver
la vida de los cristianos. Hoy el mundo busca esperanza, pero esperanza de
verdad.
Dios se hizo uno de nosotros y escogió
mirar al mundo desde la cruz, está en la cruz pero para salvar, liberar. Que
esté en la cruz no es justificación de las cruces injustas de la sociedad. La
cruz es un umbral que debemos traspasar para llegar a la salvación, que es
nuestra esperanza. Solo si aceptamos la cruz, podemos ser verdadera esperanza
para el mundo.
3.1.-
La cruz me revela quién es Dios.
Dios está enamorado de nosotros y quiere
estar con nosotros. No nos suprime el dolor, pero nos acompaña; así nos consuela,
no porque nos quite el dolor sino porque lo llena de sí mismo, de amor.
3.2.-
La cruz me revela quién soy yo.
Nos muestra la capacidad que tenemos
cada uno de hacer el mal; muestra el producto de todos los desamores,
desesperanzas. Nos recuerda los dolores que nuestro mundo padece. Nos muestra
al ser humano desfigurado. La cruz nos enfrenta a nuestra realidad con la
seriedad que tienen nuestras acciones y la responsabilidad de nuestras
acciones.
3.3.-
La cruz nos enseña cuál es el secreto de la vida bien vivida.
Cristo nos salva porque nos muestra
el secreto de la vida bien vivida: contemplar el misterio y el escándalo,
dejarnos mirar por el crucificado. Ante el crucificado no podemos tener nada de
protagonismo. En el centro de nuestra oración solo puede estar Cristo
crucificado. Es reconocer que nuestra vida está llamada a ser así, que nuestra
esperanza radica en que solo si el grano de trigo muere… Si nos dejamos mirar
por la cruz de Cristo, nos vamos a transformar porque en la cruz descubrimos
que el amor es más fuerte que la muerte y que al mal solo puede vencerlo el
bien, al igual que a la paz solo podemos llegar por medios pacíficos.
4.- Hacia una espiritualidad de la espera.
Para san Ignacio, la espera tiene un significado activo. No puede separarse del concepto de amar y servir. La espera no es pasiva, es misionera. No es la espera del autobús, de dejar que el tiempo pase. Es una espera habitada, con cabida para nuestra acción, que nos enraíza en la vida. Es la que coincide con la esperanza cristiana.
Conclusión.
Por qué soy un hombre de esperanza. Cristo, en la cruz, le dice al Padre: en
tus manos pongo mi espíritu. Cristo muere no en la certeza, sino en la
confianza. Él, verdadero Dios y verdadero hombre, nos muestra el camino, un
camino que es posible.
Cátedra Francisco Palau 2025: Despertando Esperanza
XV edición de la
Cátedra Francisco Palau: «Despertando Esperanza»
CITeS –
Universidad de la Mística. Ávila, 21 de marzo de 2025
Saludo a los
participantes y presentación del curso
Tras unas breves palabras de bienvenida por parte de Jerzy Nawojowski, director del CITeS Universidad de la Mística, donde se celebra la cátedra, ha hablado la hermana Gemma Martín, superiora de la provincia Mater Carmeli de Europa de las Carmelitas Misioneras. La hermana Gemma, con citas del Padre Palau, del papa Francisco y de algún poema, nos ha iluminado acerca de lo que es el núcleo del lema de la cátedra de este año: la esperanza y nos ha invitado a disfrutar estos días como peregrinos de esperanza.
A continuación, el P. Jaume Benaloy ha saludado a todos los que asisten a la XV edición de la cátedra, tanto presencialmente como a distancia desde diferentes países. Es la esperanza el tema de este año y coincide, además, con el del jubileo convocado por el Papa, Peregrinos de Esperanza, durante el cual somos invitados a volver a Jesús, pues Él es nuestra verdadera esperanza pues, tal como decía el Padre Palau: «¡Cuán bien cuidado está el que se fía de Dios!». Nos invita a que la cátedra nos despierte esperanza, como virtud del movimiento y el cambio; y a que seamos despertadores esta primavera, no alarmas que asusten. Tampoco que vivamos adormecidos, pues no es una esperanza vacía, de brazos caídos, sino una lúcida y gozosa, que sabe que Dios nos pone en marcha, nos pone en camino “donde la gloria de Dios venga a mí” (P. Palau). Soñemos despiertos porque comienza ya la XV edición de la Cátedra Francisco Palau «Despertando esperanza».