sábado, 16 de marzo de 2019

Sigue "Experiencia y expresiones del mal en la sociedad actual", José Manuel Aparicio Malo.

Proyección del cuadro "Pedro arrepentido", de Juan Bautista Maíno
El pecado personal. El sentimiento de culpa nos permite detectar qué hemos hecho mal. Experiencias del mal en la sociedad se producen porque somos libres.

Proyección el cuadro "Las negaciones de Pedro", de Van-Houthorst
La negación de Pedro no se debe solo al uso de su libertad sino también a lo que conocemos como las estructuras de pecado. Este es un concepto que surge desde el Concilio. En la medida que la globalización se intensifica, es un concepto más acertado para comprender los fenómenos que percibimos. Además, es una categoría indispensable para entender al papa Francisco (Evangelii Gaudium, Laudato sii).

En la Biblia hay una dimensión estructural del pecado, además de personal. La alianza con Noé, simbolizada por el arcoiris, cuando la humanidad se había alejado por completo de Yavé. Es una forma comunitarista que se ha ido perdiendo, tanto en nuestra vinculación con la familia, con el Estado... Hoy tenemos una concepción mucho más individualista. ¿Pero en qué medida puedo explicar mi yo sin los demás y sin el grupo al que pertenezco?

En Populorum Progressio, Pablo VI en el nº 20 utiliza una expresión, "estructuras opresoras", que se traslada a la conferencia de Medellín donde empieza a gestarse la Teología de la Liberación. Se describe la miseria que margina a grandes grupos humanos.


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